10.10.11

ONIRICO

Era un río de aguas chocolatosas. Me asomé a la orilla y me arrodillé, un pedazo de tierra floja cedió hundiéndose lentamente. De pronto, una ola enorme de más de treinta metros de largo y unos diez de alto se abalanzó sobre nosotros. Como es natural en estos casos, corrimos. Y la ola nos seguía mientras iba formando una enorme nube color café que poco a poco iba perdiendo intensidad. Se decoloraba, se degradaba. Nunca cayó, solo una leve brisa. El resto quedó colgado del cielo, flotando. El río ahora yacía sobre nuestras cabezas. Era un río de aguas chocolatosas que veíamos mientras yo soñaba.

0 comentarios:

Publicar un comentario