20.9.10

DOS DE TRES CAÍDAS

Tarde de domingo. Por las calles la gente camina sin prisas como esquivando los pedazos de una ciudad envenenada y dura. Entre semana es imposible, la ciudad tiene a su favor el tráfico, el humo y las prisas tan inservibles como los informes que todas las semanas debo entregar. Pero no un domingo por la tarde. Ese tiempo que nos pertenece a los tristes. Y a los que aún conservan las máscaras o la cabellera o algún cinturón de campeón. Pronto será lunes y estos peones volverán a sus distintas ocupaciones. Trebejos negros de un ajedrecista malo y sádico. Destino le dicen algunos. Mascarita de Plata recoge una a una las tablas de madera de la tarima desde donde aupaban a los rudos. Acrobacias decadentes que le quedan para intentar burlarlo. Otro, guarda el básico equipo de sonido. "Que dios los cuide" dice al despedir a una familia. Sí, acá adentro las reglas de rudos y técnicos nos protegen. Afuera, sólo dios. Pero dios duerme los domingos por la tarde, por eso, este circo barato de sudores y contorsiones no puede ser de otra manera sino una pantomima. Una burda pantomima celebrada casi como ritual pagano. Por momentos me recuerda esas caídas en las iglesias cuando a algunos les tocan la frente. Pero acá si tengo ganas de escupir el suelo puedo hacerlo y no me sacan. Dos de tres caídas. Lucha libre en un parqueo. Y yo pensaba que los domingos sin tristeza eran solo la frase de una canción. Uno de los luchadores tiene un gorro pasamontañas y cuenta los billetes de la taquilla. Me gustaría ver su rostro y saber así, si hizo un buen día. Supongo que esa sonrisa con la que salí del parqueo sea una buena señal. Ganaron los rudos y el Salvaje Jr perdió su cinturón. Ahora lo tiene la Sombra de la Muerte. Le apuesta la cabellera, es lo que le queda. Escribo esto un lunes. Empiezo a esperar con ansias que sean las cinco de la tarde del próximo domingo y hacer como el árbitro, tomar partido por el bando de los rudos y apostar a que la tristeza no es invencible.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Bueno, muy bueno este. Además debo confesar que pasé la mitad de mi infancia diciéndole a mi papá que me llevara a ver las luchas, él nunca quiso, yo se lo sigo reprochando. Abrazo. Feliz semana :)

Angel Elías dijo...

ahhhh yo pense que hablabas de relaciones sentimentales.... oups... me equivoque

Engler dijo...

Hola Luisa, pues nunca es tarde! Es hilarante! Domingo por la tarde, octava avenida, entre 15 y 16 calle. Un abrazo! Feliz semana para vos tambien...

Pues si uno sustituye los actores o si los ignora, puede ser sobre eso mi querido Angel. No, no estás equivocado. Las relaciones también son una lucha. Claro, la mayoria no terminan bien. Golpes. Heridas. La diferencia, en este espectáculo nada es personal, excepto la alegría y las carcajadas al ver semejante show.

Saludos!

Anónimo dijo...

Aupo a Luisa: muy bueno.

Hace ratos no sentía en jueves esa tristeza de domingo a punto de terminar, ni leía un texto que condensara de tan buena forma esta alegre/triste/hilarante/a veces (muchas veces) patética ruta a la que llamamos vida y en la que sin darnos cuenta resultamos obteniendo posgrado en pantomima.

Y cabal: a veces solo quedará apostar la cabellera.

Por las buenas letras: salud!os Engler.

Engler dijo...

Anónimo: me decía un amigo que era gratificante cuando terminas de escribir un texto saber que lo lograste, es decir, comunicarte con alguien, decir lo que querías. Gracias por tu comentario. Cada vez que leo los comentarios, recuerdo esas palabras.

Posgrado en pantomina. ¡Cuánta razón! Salúd!

Publicar un comentario