19.8.10

SERENDIPIA

Camino a casa me detengo en la plaza central. En el escenario unos chicos tocan y un payaso hace mímicas gesticulizando cada nota. Es parte del grupo. Está lloviendo, uno pensaría que podrían suspender el concierto. Pero continúa. Hay gente sentada en las sillas de plástico acomodadas bajo los toldos, casi todas están ocupadas. Los chicos tocan como si estuviesen en la sala de su casa. Tocan algo que me suena a jazz. De esas etiquetas sé tanto como cantar en sí mayor. Sé que me gusta. La chica que canta, agradece a la gente por llegar y me confirma que es jazz, de lo poco que dice, afortunadamente no tiene vocación de cantante gritona, no hace falta. A veces las palabras sobran. Ahora sé también que escuchar esa música mientras uno ve llover es la manera en la que debe escucharse. La luz amarillenta del parque dibuja la silueta de los arbustos, parecen sombras estoicas soportando el agua, los carros no dejan de pasar frente a la catedral. La gente en completa armonía con la música y la lluvia. Por un momento tengo la extraña sensación de que esta ciudad puede ser un lugar civilizado. Dejo el toldo y sigo mi camino a casa. La lluvia hace lo que se supone debe hacer, enfriarme hasta los huesos. Por un buen trecho la música me sigue llegando en ecos cada vez más distorsionados. O reverberación como dirían los expertos. La lluvia duró cinco o seis canciones. Una llovizna el resto del concierto y toda la noche.

3 comentarios:

Prado dijo...

caminar mientras llueve, escuchando jazz es un placer que nadie puede arrebatarme.

yo le pondría de soundtrack esta:

http://goear.com/listen/ecc7fee/i%C2%B4m-a-fool-to-want-you-dexter-gordon

Anónimo dijo...

ptss ptsss
viernes que lei y lei...
y te lei...
y esta musiquita me transporto a nueve años atras...

Engler dijo...

Qué tántas cosas pudieron o pasaron nueve años atras!

Yo no sé mucho de jazz mi estimado Prado, pero si, ese tema, fantástico! ´chas gracias!

Abrazos mis queridos navegantes de velas asombrilladas!

Publicar un comentario