12.4.10

Uno vuelve de la noche y ya no es el mismo. A veces lo que queda es una esfera de lúdicos colores flotando en amaneceres que poco a poco se esfuman al compás de las calles entibiándose. La ciudad toma esa textura, esas envolventes brumas que desde adentro no se ven. Uno despierta y los sueños se topan con esa matemática de números, de minutos, de monedas exactas y papel impreso con el que jugamos a darnos valor. Uno despierta y todo en la habitación es el mismo espacio. El remolino de sábanas es lo único que parece constar la existencia de los sueños. Habría que aprender a leer las sábanas revueltas para entender de qué fue y dónde quedó. No recuerdo detalles del sueño de anoche. Me desperté suspirando. Uno vuelve de la noche, despierta, y entonces es contundente que aunque uno quisiera hay cosas de las que es imposible naufragar o desaparecer.

1 comentarios:

Angel Elías dijo...

EStimado mamdeme su correo para Face asi vamos en bici al trabajar angel10gt@gmail.com

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