23.4.10

Me estoy ahogando en un mar de emociones rebuscadas. Siento que estoy en la boca de un túnel y a pesar de que aun es fuerte la luz a mis espaldas, esta se desplaza milimétricamente a cada sueño inconcluso y a cada palabra desechada por el imperdonable "delete" de cualquier computador.
Tosco mi corazón, todas mis sonrisas se dilapidan a lo largo del día en gestos macdonalianos. Me quedo vacío para cuando llega la noche. Salgo a darle vueltas a las calles de la zona central. En mis audífonos alguna melodía con el loop activado.
Por cada esquina que recorro, por cada semáforo que me detiene, alguna mujer semidesnuda parece esperar el fin del mundo. A mi vista, todas parecen mujeres. Cuando paso al lado de ellas y veo en sus ojos lo improbable, me queda la sensación de que cuando el apocalipsis capitalista termine por derrumbarse serán las únicas preparadas. Miradas de desencanto que resultan en una ternura salvaje y adolorida.
Tengo ganas de darle una patada monumental al sol y que se apague antes de la explosión final. Tengo ganas de abrirle una herida a la noche para que no amanezca nunca más. Tengo ganas de que la lluvia inunde todo y que esta vez ningún borracho se crea constructor. Ya tengo mi reserva en la acera de una calle cotidiana. He dispuesto sentarme y observar y esperar.
Nadie repara en que mis uñas crecen como crisantemos sobre piel agreste. Me duele el alma y yo sin fe, yo solo, yo triste, yo apagado mientras todos hablan, sonríen, retozan.
Anoche, sentado en la última fila mientras Prado le recitaba un poema a su hijo y necesariamente lo besaba, tuve la certeza de entender esta melancólica tristeza que me acompaña.

3 comentarios:

Prado dijo...

un abrazo, broder.

Fabrizio Rivera dijo...

Oscuro. al terminar de leer... quise salir corriendo a encontrar un tipo que me venda una revista de esas que dicen que el mundo no se acaba, que ya viene dios. pero creo que solo hubiera encontrado a Englergt en algun semaforo... viendome como una mujer, una de esas que estaran listas cuando el sistema colapse.

Abrazo Engler.

Engler dijo...

Prado, igual para vos... una corta línea... es lo que puedo...

Fabrizio, según ciertas lenguas largas, dios nunca se fué, Prado dice que sí... nos vemos en algún semáforo entonces bróder... nos vemos.

Un abrazo!

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