1.3.10

Camino por la séptima avenida, delante de mi van dos niñas. A cierta edad estos pequeños siempre están jugando o eso nos parece a los adultos. De esa manera simplificamos su mundo y nos desentendemos. Una de ellas se detiene mientras la otra sigue y llora . Se restriega los ojos con el dorsal de la mano. La que se queda le grita. “Vení pues” Se lo pide varias veces. Llega al semáforo y dobla hacia su izquierda. Se apoya contra la pared en una pequeña esquina que forma con una caja de líneas de teléfono. Sigue llorando.
El semáforo está en verde por lo tanto no puedo pasar. Es increíble como todo en esta ciudad está diseñado para que los vehículos de todo tipo circulen de la manera mas expedita posible pero en ese afán lo que logran o lo que mejor logran es justamente lo contrario.
Nadie ve llorar a la niña o talvez si pero eso no es importante. O no debería serlo. Es normal. Lo no normal es hablarle a la niña, preguntarle por lo que le pasó, hacerle preguntas de manera que responda sí o no. Dice que es su hermana, que le pegó. Le aconsejo dejar de llorar y que regrese y cuando llegue con ella que le saque la lengua. A manera de venganza. Entonces sonríe y su rostro lleno de mocos, lágrimas y polvo se convierte en una interminable fuente de alegría.
En la esquina, del otro lado del semáforo un grupo de señoras que no estaban se han juntado y nos ven fijamente. Me doy cuenta de eso. La niña parece que no. Siento esas miradas expectantes y malgestuales en la espalda. Empiezo a sentirme incómodo. Pienso rápidamente y decido que lo mejor es dejar a la niña con su llanto que intercala con su fuente interminable y cruzo. El semáforo está en rojo. Ni siquiera le pregunté por su nombre.

4 comentarios:

Johan Bush Walls dijo...

Son un rollo los patojos maestro. Como decía un poeta de esos que uno leía en el libro de Pepe y Polita. "Lloran por nada los angelitos".

Bonito el relato.

Salú pue

Engler dijo...

También sonríen por nada maestro! Lo que en los adultos parecería una inconsistencia en los niños lo llamamos inocencia.

Salú!

Angel Elías dijo...

mire compa! si sigue acosando patojos lo van a llevar preso... que lo vea dios de la capital, o sea tonatihu desde la casa de la loba por las camaras de emetra!

Engler dijo...

Yo creo que por eso gana el hijo del sol en esta ciudad... nos da tanta "seguridad" sentirnos observados...

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