Murallas de clandestinos silencios justo detrás de una interminable verborragia.
Esta noche emite ásperos sonidos. Noches y dias cual quieras.
Tan sólo soy después de tanto decir nada, hacer nada, parecer nada.
Quiero caer, quiero volar.
Se ha roto la luna, hace decenas de crecientes y menguantes ya. Esa misma que se esfumaba en tu cuerpo y a la que buscaba jugando a perseguirla por cualquier rincón de tu piel.
Eran tiempos de otras canciones y otras sensaciones pero todo se volvió oscuro y dantesco. La ciudad se llenó de balas.
Y vos te fuiste.
1 comentarios:
La tristeza es el lugar común, Engler. Henos aquí. Saludos.
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