Recuerdo obsesivamente una nota que apareció en un periódico local hace ya varios meses. Una nota marginal y perdida entre el recuento diario de muertos y balaceras. La nota era sobre un niño al que enterrarían como XX, fallecido mientras su madre se dedicaba a la prostitución. Tenía nombre, pero no era legal, no estaba "inscrito". Por lo tanto, de acuerdo a las leyes, lo que le correspondía era un entierro como XX. El niño había fallecido a consecuencia de las mordeduras de ratas que abundan en los "cuartos" de la terminal. Él habitaba uno de esos. Al meritito centro de la ciudad. Su joven madre fue detenida y enviada a prisión. Sin duda alguna, en esta sociedad obsesionada con eso de responsabilidades individuales, ella cargará con toda la culpa.
2 comentarios:
Te mando un abrazo!
Igual uno para ti!
Publicar un comentario