18.3.10

El mundo gira. Reactor nuclear que a cada vuelta deja una estampa de desolación y tristeza. Mar de soledades tristemente compartidas.
El sol acecha y aprieta los dientes como retándonos a retarlo. Escupitajos de calor. Sudor contenido por blancas y almidonadas ropas. El mundo gira como en reversa y todo alrededor convertido en una planicie adunada de mols y autopistas con destino al segundo mas próximo. Yahvé emite una plegaria a carcajadas por altavoces mal ecualizados, feedbacks ruidosos y furiosos. Petróleo incendiado mediante complejos y repetitivos sistemas de carburación.
Ya he dejado de ser yo.
Quisiera andar desnudo. La desnudez carecería de cualquier significado simbólico, semiótico o cínico. Pero nos despojamos de la piel y la escondimos bajo siluetas diseñadas mas o menos a la moda. Ni siquiera sería poética.
A treinta y un grados en “esta ciudad” (Signo por demás irónico tomando en cuenta eso de la posmodernidad o qué sé yo cualquier otra definición mas o menos compleja, vacía y rimbombante) Andar desnudo es algo reservado para nadie aunque parezca una contradicción.
Si, he dejado de ser yo, en algún momento entre mi niñez y mis treinta y uno del sábado siguiente.

3 comentarios:

Angel Elías dijo...

una moda mojigata, en esta era de neo- postmodernidad (vaya palabrota) no podemos siquiera vernos desnudos y nos sonrojamos frente a ella...

Prado dijo...

Feliz cumpleaños. Saludos!

Engler dijo...

Pues gracias Prado! Y si, Elias, somos unos mojigatos y avergonzados seres posmodernos...

Saludos!

Engler

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